Mujer crustáceo con agarradera

El cuadro combina elementos humanos con cangrejos, camarones y langostas. La "mujer crustáceo" experimenta una transformación de identidad tras un caparazón como defensa para enfrentar el mundo, dejando clara su capacidad para reponerse y adaptarse después de enfrentar momentos llenos de caos, peligros acechantes y terror que paraliza. Con una agarradera insertada en su hoyo, la mujer crustáceo desafia las tormentas de su vida y finalmente halla el equilibrio en medio de su angustia. Las 8 esferas místicamente representan la abundancia, el poder y la transformación.
Cada esfera encapsula diferentes niveles de conciencia, dimensiones espirituales y
profundas experiencias con el infinito, sugiriendo ciclos interminables de vida, muerte y
renacimiento.